I
La soledad se conjuga
al unísono con el silencio
y éste a su vez
con el transcurrir penitente del desolado.
El silencio es el lenguaje de los callados,
de las noches dormidas,
de los atragantados de amor.
II
Despide a lágrima viva
el talón de mi zapato
los pasos que dí,
voy dando
y pasado un verso habré dado.
Dejad de seguirme donde miro
o iré tras vos.
III
Un pentagrama deshabitado
es una melodía desnuda.
IV
Aquel que dice que vive improvisando,
seguramente tenga un plan A
y un plan B, seguramente el plan B
esté planificado antes que A.
V
Ayer prometimos no querernos demasiado,
no digo nada, digo demasiado.
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