Los amantes del círculo polar (Interrupción 13)

Creo que me estaba enamorando
cuando llegaste puntual
a una casualidad conjunta.
Luego,
todo se terminó.

El mirlo que no era.

Intenta ponerle sordina al verso que con más fuerza
te hizo el amor.
Sería como bajar el volumen de tus gemidos al leer
o te recito bajo las sábanas.
Como si un mudo gesticulara queriendo decir algo
siendo ignorado por las amapolas.
Como cuando crees ser silencio
y en realidad tienes taponados los oídos.
Serías un mirlo adormilado.

Intenta ponerle sordina a un mirlo adormilado,
lo acabaste de rematar.
¿Cómo piensas que te va a hacer el amor
el mirlo que era y no?

Danza de la lluvia.

Me gusta ducharme con agua caliente sin agua,
sobre todo en invierno,
tan sólo simular abrir el grifo y aguardar bajo la alcachofa
rostros y figuras de ti, ambas desnudas ... Si es posible.

Salpicar y salpicarte y salpicarnos ...
Ser el magnolio cubierto de escarcha fría y manipuladora,
ornamentado con brindis de un reserva en potencia,
adulador del improperio recíproco, sirvo de horquilla en tu pelo.

Salpicar y salpicarte y salpicarnos ...
Llenar la mampara de orgasmos fingidos,
polvo somos y en polvos nos convertiremos,
y puesto que tus pechos son los planos de mi casa
me hospedaré en tus pezones por un tiempo, a pensión completa.

Salpicar y salpicarte y salpicarnos ... Y salpicado y tan seco.
Secundemos invisibilidades corpóreas con actos masturbatorios
y demos imagen a todas estas gotas.
Gracias por esta ducha.

De yo para tú. Sin afecto.

Eres tan gorda

que tratando de huir de ti

me choqué contra tu otro extremo.

Eres tan fea y tan gorda

que opté por cerrar los ojos

antes que ver tu otro extremo.

Eres tan alta, tan fea y tan gorda

que para darte un beso

necesito una expedición de diez meses

con bajas incluidas, fuertes temporales,

campos yermos, criaturas extrañas.

Eres tan omnipresente, tan alta, tan fea y tan gorda

que bajé al centro de la Tierra

y te olían los pies.

Eres tan tanto de todo
que un poco de nada sería aburrido.
Soy tan aburrido que no aprecio
un poco de algo, quizás rutinario;
gorda, fea, alta, omnipresente.

¨Poesía por plata¨ Homenaje a Oliverio Girondo

I
La soledad se conjuga
 al unísono con el silencio
y éste a su vez
con el transcurrir penitente del desolado.
El silencio es el lenguaje de los callados,
   de las noches dormidas,
         de los atragantados de amor.

II
Despide a lágrima viva
el talón de mi zapato
los pasos que dí,
   voy dando
y pasado un verso habré dado.
Dejad de seguirme donde miro
o iré tras vos.

III
Un pentagrama deshabitado
es una melodía desnuda.

IV
Aquel que dice que vive improvisando,
seguramente tenga un plan A
y un plan B, seguramente el plan B
esté planificado antes que A.

V
Ayer prometimos no querernos demasiado,
no digo nada, digo demasiado.

Alucinación en lunas

Hoy escuché aquello de:

<<nunca digas nunca>>

y me acordé de vos.

Me encerré en el cuarto de aseo,
eché el pestillo, apagué la luz
y delante del espejo(¨que feo¨ pensé)
prendí una vela azul.

Al principio no pasó nada,
¡ah! Claro, había que gritar
tres veces
          NUNCA.

Seguía sin pasar nada,
intenté de nuevo,
incluso a oscuras podía
intuir cómo las cenefas sentían
lástima propia de mi.

Probé a encender la luz,
estuve a punto de quemar
los pelos del cepillo de dientes
con la mecha prendida
que de pronto rodó.

Primero ardió la toalla de baño,
luego el viejo albornoz,
ocho rollos de papel higiénico
y un calcetín sudado.

Hoy escuché aquello de:
<<nunca digas nunca>>
y me acordé de vos.

Acá

Acá,
tras el rostro de vos,
en la sombra del viento
que mece lo inexplicable,
que lo arropa en su cuna,
que lo da de mamar:
   
         Cójalo en brazos si llora,
         calme al llorón en su regazo,
         libe el llanto con un beso
         y vuelta a empezar...

Acá,
tan pronto y no,
en la memoria del aliento
que vence lo inexplicable,
que a tientas tienta el camino,
que va a tientas, ciego por vos:
     
           Señale la puerta de entrada
           cuidado, no se resbalen,
           libe el espanto con un beso
           y vuelta a empezar...

Acá,
tras el rostro de vos.